El momento que nunca fue

Un día de pronto ocurre algo, que parece no tener explicación. Hay quienes les llaman “casualidades”, pero yo, prefiero pensar que se trata del “destino”. Todo empezó como un juego, un juego en el que al final yo salí perdiendo. No entraba en mis planes nada de lo ocurrido, pero por suerte o desgracia sucedió. Cada noche que pasaba, me arrepentía más del bucle en el que entré, y lo peor de todo; no poder salir de él.

Nos pasamos la vida buscando experimentar cosas nuevas, emociones, sentimientos de los que hemos oído hablar. Buscamos lo idealizado, lo exótico, y muchas veces recurrimos a lo lejano, a lo que no tenemos, a lo que deseamos, pero nos es imposible. Esta búsqueda del más allá nos hace vivir en la ignorancia y en el desconocimiento de lo cercano. Toda la vida hemos estado muy cerca, solo nos separaban un par de calles, y al mismo tiempo hemos sido completos desconocidos. Siempre andamos tan inmersos en nuestros pensamientos, preocupaciones, ambiciones, que no nos damos cuenta más allá de nosotros. Él era una de esas cientos de personas con las que me cruzaba diariamente, pero no me fijaba ni recordaba. Hasta que llegó un día que de la manera más extraña y casual nos encontramos.  Su mirada era intensa, pero al mismo tiempo curiosa, mis ojos se clavaron en los suyos y en una fracción de segundo, como destellos, miles de pensamientos inefables iban y venían por mi cabeza. La apariencia física es el conjunto de características físicas que nos hacen ser percibidos de diferente manera los unos de los otros, aquellas características únicas y singularidades son las que nos llaman la atención y nos cautivan, y sin razón alguna, sin conocerlo, eso fue lo que me pasó. Hay situaciones que no podemos controlar, que no entendemos, que nos generan impotencia, miedo y nos desconciertan, pero al mismo tiempo nos intrigan. Aun teniendo la posibilidad de hablar, yo nunca lo hice; ¿podría ser por dignidad, miedo, orgullo? No lo sé.

A día de hoy, aún me sigo preguntando cómo una persona que no conoces en profundidad puede llegar a ser tan importante para ti, que tu estado de ánimo varíe según lo que cuelgue en sus redes sociales, y como puede suponer parte de tu día a día sin ni siquiera él saberlo. Y sí, como todos dicen al final es cuestión de tiempo, pero sí de eso se trata creo que las agujas de mi reloj hace ya tiempo que se detuvieron, porque al final todo lo que imaginé nunca pasó… o, ¿a lo mejor todavía no era el momento?

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